Mochila

La mochila es un aspecto importantísimo de nuestra travesía en la montaña, de la comodidad con la que llevemos ésta va a depender que sea una mejor o peor experiencia.

Lo aspectos fundamentales que debemos observar al momento de elegir la mochila con la que caminaremos es que tenga: cinturón lumbar o pélvico, hombreras, cintas de ajuste, cintas de compresión, respaldo. No recomendamos el uso de mochilas tipo urbanas por no tener ninguno de estos aspectos presentes y el impacto que genera en nuestra espalda puede ser muy alto de acuerdo al peso que llevemos.

 

 

  1. Cinturón pélvico:
    es la pieza fundamental de la mochila ya que trasmite el 80% del peso a las caderas y gracias a ésto se libera a la espalda y a los hombros de la mayor parte del peso. Al cargar el peso sobre las caderas, éste se trasmite directamente a nuestras piernas que están más preparas que nuestra espalda para soportar mayores cargas. Este cinturón se ajusta sobre nuestras caderas abrazándose a su parte más alta y rodeando completamente el contorno de la cintura.

  2. Hombreras:
    El 20% del peso de la mochila irá a parar a los hombros y espalda a través de las hombreras. Ajustarlas correctamente es fundamental para tener bien equilibrado el peso y repartida la carga por igual entre los dos. Con unas hombreras más anchas se consigue tener más superficie de contacto con el cuerpo por lo que el peso se reparte más y resulta más cómodo.

  3. Cintas de ajuste:
    éstas pueden estar presentes depende el modelo mochila, se ubican sobre las hombreras y se unen con el espaldar, a la altura de la cabeza, sirve para acercar o alejar la carga a nuestro centro de gravedad según estemos subiendo o bajando por lo que se deben ir regulando según la marcha.

  4. Cintas de compresión:
    están repartidas por el exterior de la mochila y su fin es comprimir la carga cuando la mochila no va completamente llena. Con esto conseguimos que la carga quede fijada y no se mueva, además de acercarla a nuestra espalda para mantener nuestro eje y el centro de gravedad.

  5. Respaldo:
    Es fundamental que éste sea del talle de nuestra espalda, o que sea regulable. El respaldo transfiere el peso de la mochila al cinturón lumbar. Para ello lo más habitual es que tenga en su interior un bastidor, una pieza de material duro que ayuda a llevar el peso al cinturón. También es importante que tenga un buen acolchado en la parte superior de la espalda que es la zona de mayor contacto con la mochila. Aporta la rigidez necesaria al sistema para que la carga no se mueva y la mochila sea firme, además de proteger nuestra espalda tanto sujetándola como evitando que los objetos se claven en ella.