Calzado

Existe una gran variedad de calzado adecuado para la práctica del senderismo y trekking, casi tanta variedad como terrenos y tipos de trekking podemos encontrarnos. A continuación daremos algunos consejos que serán de mucha ayuda, pero siendo que nuestra seguridad es lo primero a tener en cuenta, no recomendamos en absoluto salir a caminar con un calzado que nunca antes hayamos usado. De ésa forma, la adaptación podría causar ampollas y malestar propio de no haber experimentado el contacto antes con el material, en éste caso sentirnos cómodos es mucho más importante y seguro para nuestros pies que llevar el “mejor calzado” de trekking por primera vez al terreno.

  1. Protección:
    Cuando andamos por la naturaleza o la montaña, es fácil recibir o dar golpes a piedras, raíces, etc. Por eso, el calzado de trekking debería en lo posible, ser un poco más rígido, las zapatillas que son para éste tipo de actividad están reforzadas con una puntera de goma para proteger nuestros dedos, sucede lo mismo en el talón. Un detalle también importante es el tobillo, por eso, encontramos recomendable el uso de botitas que puedan protegerlo aportándole mayor contención.

  2. Estabilidad y agarre:
    El objetivo del calzado también es el de estabilizarnos, ya que en la naturaleza y terrenos de montaña es muy fácil pisar mal, por ser muy irregulares. La suela es quien cumple esta función, como también será quien amortigüe nuestros pies ante la mayor presión en caso de llevar mucho peso. Sería ideal que la suela sea antideslizante y con tacos, dentro de lo que tengamos, la más firme posible ya que es la que ejerce de barrera protectora, evita que nos hagamos daño. Una zapatilla blanda -por ejemplo, de running- nos causará muchas molestias en zonas duras, con piedras, aristas, etc.

  3. Transpirabilidad y respirabilidad:
    Por un lado, necesitamos ir cómodos, secos, evitar sobrecalentamientos, y para eso necesitamos que el calzado transpire. Por otro, al aire libre, necesitamos ir protegidos contra los elementos. No solo la lluvia o nieve; en la montaña hay barro, charcos, o la simple humedad de la vegetación. El calzado con membrana (gore-tex) soluciona este problema, ya que permite al pie transpirar a la vez que es impermeable. Así que, si habitualmente transitamos por zonas cálidas, poco húmedas, por sendas y zonas con poca dificultad, podemos elegir modelos con menor resistencia y sin membrana. Para los demás casos insistimos: la seguridad y la protección, siempre por delante de otros factores.